Qué sorpresa que las llegadas al paso solitario ni mencionadas estén, fueron más que la realidad, un escalón

Es tan... 

Si es un cubo ahí estoy

quién se lleva mi boca?

La idea, el plan, hace volar todo lo que se preconcibe. Va a ser (pregunta)

Preguntar quién, aunque supongo que no es válido después de una nauseabunda sensación... Se va

¿Por qué?

Las preguntas no inocentes llevan a una vida, la historia de dos lugares lejanos entre sí y entre el punto en que empiezan a verse. Pero comenzando fue una despedida corta y un inicio largo, más que solo decir, interactuar ¿Qué fue lo que las entrañas soportaron? Hay desgracia para compararlo, pero esta no lo es, incluso horas de muerte segura respirando y con los ojos abiertos para esperar el momento, no de la joya, sino de la palabra.

Y nada, y de nuevo nada, hay qué compartir con ese julio de años anteriores porque esto no dista 30, ni siquiera 10, y nadie aquí es asqueroso.

Antes del perfecto fin hubo contacto imaginario e incluso mutilaciones en el otro, pero la escena, la vista, perfecta no es más que la emocionante y fugaz vía de paso de diez años de separación y hombros desnudos. 

(Y qué diferente pudo ser todo si surgió más de una vez el viejo resplandor, si cegó por el tiempo perfecto del más cercano, si la historia fue igual)

No lo ha sido 

Demasiado

Es que me mató, tal vez fue la sorpresa, mi nombre, el contacto de cinco segundos, mi cuello o los amores imaginarios... pero aún con toda la desesperación sin consumir, logra desgarrar el mundo pensando antes que el otro (el otro) en mi tedio (y en mi cuello)

Aunque haya pasado media hora, más, y ya no sea rojo el rostro aún suena el tono y mueve el cuello sin saber a qué ritmo. Es una melodía, pero nada de música, no, es lo que existe por sí mismo, no necesita un humano, qué alivio (porque de esos ha habido más de uno).
Más días y más, sin parar, o bueno tal vez solo para descansar ¿Puedes descansar? Yo no.