Vagos gritos de entusiasmo, pesadez, entusiasmo; suspirar, ver siendo más, ser más, hipnosis; y ruina, desesperación, una mente joven

Arruina al fin, siempre

Si destruye la vida, destruye la artificial vida, la opresión sin actividad, por qué lo hace

Día dos. Recurre a las vagas imágenes que quedan, suplica por un poco de aire, aire que asfixia de vida, que no encuentra

La conversación en que se pregunta de qué hablan ustedes dos.

Día uno. No es sorpresa ni desánimo, es costumbre, la de siempre, la que no deja vivir 

Cabezas distintas, lejanas y distraídas; sorbos de perdición, cárceles del miedo. Todo en un nuevo, diferente, emocionante juicio. Y yo que me mareo con el olor... Pobre

Fueron las horas, más de la mitad, más del atardecer. No. Lo sabía porque es lo que se espera del mundo no perfecto, de las mentes no austenianas. Y llegó antes del siguiente día...

Darcy desagradable da paso a la realidad pero cuando es él deja el lugar inalcanzable (o alcanzable para un idiota)

Llegado este día tendríamos que vivir ya en Pemberly, por qué estamos aún aquí?