No te puedo recordar de otra manera, la mejilla sangrante y la oreja incompleta, la violencia que vivías cada día, violencia, la palabra de tu vida, pacífico y sincero con el mundo, inconsciente y mentiroso con tu sangre, en privado, en tu vientre.
No olvido las palabras que dijiste alguna vez y que vuelves a decir, mi mente las tiene, son inspiración para irme. Yo no estoy aquí, solo por un tiempo. A veces creo que no pero me lo recuerdas cada vez. Ese día, ese día me salvó un perro.
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