Con la puerta abierta me pregunto cómo mi madre dejó la real ficción de mi creación. Mi padre vivió en la realidad, una realidad sin maravillas. Bloquearon su felicidad y mi pobre esternón robó vidas, mi vida. Me lo pregunto en una forzada noche, solitaria, en el abismo siempre adorado. Maravilla, fantasía de vivir perdida.
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