martes, 15 de abril de 2014

No hay simbolismo ni basura alguna en la realidad del fin de esa semana que corta la vida en dos, tres días llevaba con plan en mente, cuidado era el futuro y por fin se pudo intentar controlar el tiempo con el problema de que era un hecho el poder controlarlo, entonces la pesadilla de todo mundo concentrada en cuarenta y ocho metros cúbicos fue real y la imagen ni siquiera era de envidiar, calló, cayó, o al revés, el punto concreto es que al parecer se acabó porque por lo visto se había olvidado uno de lo que no debe, otro de lo que debería. Al fin y al cabo se arruinó el apoyo no de segunda mano por el incierto fracaso. Para vivir: Si no fuera así este sería el lugar asqueroso que llegó a ser. Conforme felicidad
Primera vez que no entiendo mis letras