domingo, 24 de noviembre de 2013

Y bueno, el pesimismo está al día, así que pensándolo mejor también hay dos dígitos en donde había signos negativos, hay color y botas donde había sudaderas rotas y hay otras exhalaciones vivas donde había planes de secuestro. Está bien.
Estos días no se dice mucho porque el potasio hace lo que puede para controlarnos. Uno debe de convivir con seres, que no busca pero encuentra, para entender las señales del comienzo del precipicio pero eso no va a pasar, así que de nuevo nada sé y nadie sabe porque nadie lo ve. Aún así el vómito encefálico no ha matado mas que al portador del órgano, ya qué, aquí va el asqueroso: siete, como siete, semanas y pasamos de nada, que se supiera, a nombres mutuos, saludos cordiales y bocas felices. (Cuando se escribe es tan miserable. No es verdad.) Además el voraz volvió, es alarmante, más que eso. Necesidades básicas: fotografías del sueño, alejarse del nido de cerebros y palabras, más plática, nombres y holas; un correo no estaría mal.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Recuento

Recuento porque uno no se destroza, no destroza lo que ya está hecho cada día, no podría. Pero aquí está. Después del infructuoso acto de un año de humanidad encontrada la indiferencia poseída pero no controlada regresa al fondo del ser, sigue el objeto moviéndose y claro que una bala entre los ojos no afectaría demasiado el aspecto pero... afecta el aire que respiro. En la vencida de una mañana se obtienen ocho puntos que solo intensifican la recién descubierta mirada escondida que es nada pero ¿quién escucha nada? Yo escucho todo y así se mantiene, vemos y la comisura se frunce, tal vez; se frunce tal vez más y hola. Regreso al vacío del nacionalsocialismo y todo el mundo, ahora no dices, haces; el resultado es el mismo y se despierta al subconsciente, nada debe hacerlo, lo hace. Calidad de vida, vida que ya empezó pero debe detenerse, ya hay mucho material para ver por el cristal