domingo, 24 de noviembre de 2013

Estos días no se dice mucho porque el potasio hace lo que puede para controlarnos. Uno debe de convivir con seres, que no busca pero encuentra, para entender las señales del comienzo del precipicio pero eso no va a pasar, así que de nuevo nada sé y nadie sabe porque nadie lo ve. Aún así el vómito encefálico no ha matado mas que al portador del órgano, ya qué, aquí va el asqueroso: siete, como siete, semanas y pasamos de nada, que se supiera, a nombres mutuos, saludos cordiales y bocas felices. (Cuando se escribe es tan miserable. No es verdad.) Además el voraz volvió, es alarmante, más que eso. Necesidades básicas: fotografías del sueño, alejarse del nido de cerebros y palabras, más plática, nombres y holas; un correo no estaría mal.

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