martes, 2 de noviembre de 2010

Un atardecer, cada día. Misma esencia, muchos accidentes. Un ciclo, tantos días diferentes. Es cuando uno se da cuenta que es una sombra y, eso no es insignificante.

Estoy en el atardecer viendo al sol, con ojos entrecerrados, lentes y no soy un comercial de Ray Ban.

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